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La “revolución de las hijas". Siete reflexiones desde una plaza sembrada de pañuelos verdes [1]


Por Karina Bidaseca y Florencia Cremona

1. El 14 de junio de 2018 ingresará a la historia argentina como el inicio de una nueva era de la política. La media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, por 129 votos positivos contra 125 negativos y 1 abstención, vino a transformar las fronteras de lo político. Se la ha llamado la *revolución de las hijas”. Así la reconoceremos en el futuro.


2. Este avance ha sido posible gracias a una confluencia victoriosa de las fuerzas progresistas argentinas, contra la reinstalación de las políticas neoliberales y conservadoras, superando así una lógica partidaria vetusta. Nuestra victoria, aunque parcial, sólo puede ser comprendida desde la propia configuración del movimiento feminista y de su persistente lucha alrededor de la consigna: “lo personal es político”.


3. Desde el movimiento NiUnaMenos, más y más mujeres sabemos que es en las calles donde podremos doblegar la dominación patriarcal. La vigilia de una multitud de mujeres durante los últimos días desbordó la escena del Congreso argentino. Su fuerza imparable empujó a los diputados y diputadas a decidir y a cambiar su voto a favor del aborto legal, dejando al descubierto el moralismo hipócrita de buena parte de la clase política nacional. En la Argentina, se realizan más de 370 mil abortos por año. Más de 50 mil mujeres son internadas anualmente por complicaciones derivadas de abortos clandestinos, la mitad de ellas con menos de 24 años. Muchas de ellas mueren, muchas sobreviven con gravísimas secuales en su salud sexual y reproductiva. Contra esta forma de femicidio, amparado por un Estado indiferente y cómplice, contra la criminalización estigmatizadora de una derecha conservadora, misógina, rancia y autoritaria que nos agravia y ofende, llamándonos “feminazis” y asesinas de bebés; contra los que nos quieren imponer la maternidad como único destino, gritamos: la maternidad no se nos impone. Somos libres de elegir y, en nuestros cuerpos, las que decidimos somos nosotras.


4. La consigna “la revolución será feminista o no será” se gestó en las movilizaciones que, bajo el lema NiUnaMenos, se multiplicaron a partir del 3 de junio de 2015 por todo el país. Un movimiento de rebeldía y de lucha contra los feminicidios tomó las calles de la Argentina. Los grupos y organizaciones que fueron construyendo en la movilización callejera el movimiento NiUnaMenos reconocían su herencia en el impulso inspirador de nuestras antecesoras, desde Martha Rosemberg hasta Lohana Berkins. Como ellas e inspiradas en ellas, nos lanzamos a organizar nuestra lucha a favor de la despenalización del aborto y por el aborto legal, seguro y gratuito. Recuperando esta herencia de movilización feminista, decidimos decirle definitivamente basta a las muertes de tantas mujeres víctimas de abortos clandestinos. El avance que hemos logrado con la media sanción de esta ley es de quienes nos antecedieron en estas luchas, brindando su ejemplo de coraje y dignidad. Pero también es nuestro y es de todas las mujeres que heredarán este impulso para seguir luchando por la igualdad y por el reconocimiento efectivo de nuestros derechos fundamentales.


5. Hemos decidido decir basta a la conformación de un campo de batalla donde los partidos conservadores y las iglesias plantan las banderas de un dominio territorial, machista, sexista, colonial, clasista, racista. Frente al control fundamentalista religioso de nuestros cuerpos, frente al impulso desintegrador de los reaccionarios movimientos contra las "ideologías de género", hemos dicho basta, exigiendo que “quiten los rosarios de nuestros ovarios” y respeten nuestro derecho inalienable a decidir sobre nuestros cuerpos.


6. Así, nuestros cuerpos colonizados se emancipan de los fundamentalismos. “No nos tenemos que esconder más”, expresó emocionada una joven estudiante cuando escuchó, luego de 23 horas de deliberaciones, la votación final que dio media sanción a la ley de legalización del aborto. Cuando la religión se obsesiona por la dominación de nuestros cuerpos, las mujeres enfrentamos al opresor con nuestras herramientas, que no son las de la dominación patriarcal: controlamos nuestro cuerpo-territorio, nuestra frontera con el patriarcado capitalista, clasista, colonial, racista y estructural.


7. La ciudadanía plena para las mujeres es una de las deudas pendientes de nuestras frágiles democracias. El proyecto de ley aprobado necesita de la sanción en el Senado nacional. Alcanzar esa victoria final implicará reinstaurar nuestros plenos derechos como mujeres, desde la conquista del sufragio femenino en 1947. Sólo así confirmaremos el lento tránsito hacia la fase histórica del inicio del fin del patriarcado. Seguiremos nuestra lucha. ¡Hasta la victoria feminista, siempre!


[1] Nota original publicada por El Pais, consultada el 10/11/2020. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2018/06/14/contrapuntos/1529008920_714025.html



KARINA BIDASECA ES DOCTORA EN CIENCIAS SOCIALES (UBA) E INVESTIGADORA DEL CONICET/IDAES-UNSAM. COORDINA EL PROGRAMA SUR-SUR DE CLACSO, ARGENTINA.

FLORENCIA CREMONA ES DOCTORA EN COMUNICACIÓN (UNLP), ARGENTINA.

 
 
 

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